top of page
Buscar
  • Foto del escritorNuri Queralt

Adicción a las emociones

Hablemos de la rabia.


Es una de las emociones del ser humano más frecuentes, generalmente surge como una forma de expresar miedo. Es decir, el miedo en una situación se esconde y se transforma en rabia, si nos frustramos puede haber hay rabia, si nos abandonan, si nuestra forma de pensar no concuerda con otros y así la lista es interminable, durante mucho tiempo he trabajado bastante para poder lograr mirar aquello que se esconde detrás de la rabia y debo reconocer que en la mayoría de los casos me encontrado con mucha miedo a mostrase vulnerable.


Quizás lo más complejo de la rabia tiene relación con lo destructiva que es

si no la reconoces y resuelves, tanto para el que la siente, como para aquellos que la reciben, además es una de las emociones más difícil de controlar y aquellos que la sentimos sabemos que si se detona pues se transforma en ira y ahí es muy difícil parar la situación, de hecho una vez que pasa y llega gradualmente la calma, cuando se hace la evaluación de daños generalmente, hemos dejados más heridos o heridas más terribles de las que pensábamos.


De esta emoción existen dos grandes mitos opuestos sobre la rabia. Una postura plantea que la rabia es una emoción dañina que no debe expresarse. El otro mito sostiene que la rabia es una emoción «deseable» que debe ser experimentada y manifestada. Así se ha generado la creencia que si no manifestamos la rabia que sentimos, no estamos siendo honestos con nosotros mismos. Frente a esto cada vez estoy más convencida que el tema no es no expresarla, sino poder expresarla sin perder el control. Sin embargo, aquellos que sienten rabia como un estado emocional permanente, el control de la misma, de verdad requiere un esfuerzo importante, quizás porque es posible que se haya vuelto adicto a esta emoción.


Hay teorías que plantean que cuando vivimos un estado emocional determinado (en el cuerpo o en la mente) instantáneamente, el hipotálamo libera proteínas en la sangre, éstas van recorriendo todo el cuerpo. Cada célula del cuerpo posee una membrana con receptores que se abren a la espera de estas proteínas. Una vez que se produce el encuentro ambas se acoplan, enviando una señal a la célula provocando la «emoción» o el «estado emocional» correspondiente. La célula es afectada de muchas formas, esta cascada de sucesos bioquímicos provocan cambios en el núcleo de la misma, regenerándola, alterándola o destruyéndola.


La «adicción» a las emociones se hace presente creando sustancias que logren calmar el apetito bioquímico de nuestras células creando situaciones que cubran nuestras necesidades químicas. Es claro, que si no logramos resolver sanamente nuestro estado emocional, es probable que exista una adicción al mismo.



Si todos los días bombardeamos las células con la misma actitud y la misma química continuamente, cuando esa célula se divida, creará una célula hija con mayor cantidad de receptores de membrana para ese estado emocional y no habrá suficiente lugar para los minerales, nutrientes, intercambio de fluidos o eliminación de toxinas.


Todo comienza en la célula, pero esta recibe la señal del y desde el cerebro. Los receptores de membrana de cada célula van cambiando su sensibilidad» según los mensajes recibidos. El hecho es que cuando nos dejamos llevar por la ira u otra emoción negativa, somos incapaces, excepto en muy raros casos, de razonar como lo hacemos habitualmente.

Desde esta perspectiva, es posible que necesites ayuda para superar esta situación emocional que te puede generar problemas personales. Familiares, profesionales y hasta enfermedades, haciendo terapaia te darás la oportunidad de poder ampliar tu gama de respuestas emocionales, poder estar consciente para poder poner el freno a las respuestas y comportamientos inadecuados, poder mirarte al espejo en paz y definitivamente recordar que puedes permitirte elegir algo distinto…..que la verdadera libertad es trascender el condicionamiento emocional.


Entradas recientes

Ver todo
bottom of page