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  • Foto del escritorNuri Queralt

Vivir entre matices de emociones

Quisiera a través de esta página abrir un espacio donde todos ustedes puedan encontrar respuestas a situaciones personales que se presentan constantemente y para las que necesiten apoyo en cómo manejarlas, lo cual es normal ya que nadie estudia para ser padre, ni hijo, ni hermano, ni pareja. No pretendo dar una cátedra de comportamiento sino brindar herramientas sencillas que les faciliten las interrelaciones humanas y por tanto se sientan más tranquilos en este mundo que nos ha tocado vivir y del que no nos podemos (ni nos queremos) bajar.



La mayoría de las limitaciones o dificultades situacionales que enfrentamos en nuestra adolescencia y edad adulta son producto del impacto de situaciones vividas en nuestra infancia y que hemos asumido de forma inconsciente que no podemos cambiar, generalmente porque esos eventos forman parte de una memoria difusa y selectiva que a veces nos impide ubicar el momento exacto de lo que nos pasó o cómo, sin embargo el efecto sobre nuestros procesos actuales es evidente, entorpeciendo y a veces bloqueando un desempeño feliz de la vida cotidiana o la capacidad de enfrentar una situaciones produciéndonos a veces un estado de parálisis.


Una de las más extraordinarias técnicas que tiene la psicoterapia apoyada en coaching es que sirve para cambiar y mejorar la vida, presentando experiencias o historias que pudieran mostrarle una luz de cómo resolver algún problema o ayudarnos a identificar con precisión dónde está la barrera que nos impide ver la solución mas práctica o el camino claro y mas corto al objetivo.


¿Podemos realmente vivir juzgando y criticando a otros o a nosotros mismos? ¿Disfrutamos realmente de los matices que nos brinda la vida? Esta será la reflexión de esta semana.


NI BLANCO NI NEGRO

“La vida es hermosa…” “Qué bello es vivir…” “Disfruta de la vida que tienes…” “Yo quisiera tener tu vida…” “Da gracias por la vida que tienes…”

¿Cuántas veces has escuchado frases como éstas y las has repetido convencido de que así debe ser?? ¿En algún momento te has preguntado: Es hermosa mi vida? ¿De veras yo siento esto que voy repitiendo? ¡Sorpresa! No lo siento así.

Entonces es posible que te hayas cuestionado el no ser consecuente con esas frases que citábamos antes, esos principios de vida ideales y te has sentido culpable de no poder asumirlos, por lo tanto, piensas que debes estar siendo mal hijo, mal padre, mal hermano, mal amigo porque no sientes ni que la vida es hermosa, ni lo bello que es vivir, ni el pretendido disfrute de lo hermoso, ni de lo que quieres tener o tienes, ni de mi vida misma.

Esa es la realidad pero no nos atrevemos a enfrentarlo. Esto no quiere decir que la vida o tu vida en particular sea una desgracia pero la vida de cada quien es como es y nadie tiene derecho a sentir ni pensar por ti ni mucho menos intentar imponerte lo que tú debes sentir o señalarte un sentido de dirección, de futuro, de vida.


No existe en el mundo un libro con la verdad absoluta, el axioma que defina qué es lo que debes hacer o no para tener una vida feliz; si los que más dinero tienen son los más felices o los que viven un mejor o peor lugar, si tienen cinco hijos o uno solo, o si viven en una casa grande o edificio modesto, si la pareja luce la ideal, si tienes el auto de los sueños o ese carrito que te lleva con fidelidad cada día a tu trabajo, si celebras o no la Navidad.


Lo importante es identificar qué es lo importante para ti, lo que te brinde paz, que te aproxime a tu propia felicidad; de allí en adelante “toca vivir”, liberarse del peso de toda esa cantidad de mitos fundacionales externos adquiridos a lo largo de los años sobre lo que debería ser “felicidad” y la dificultad de alcanzarla. Ábrete al cambio, a que las cosas y las formas pueden ser distintas, piensa más allá de tus límites y de las frases impuestas. Esta es tu vida…de nadie más…vívela como quieres, eso sí, sin llevarte a nadie por delante!


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